Teleformación, según FUNDAE

La teleformación, según FUNDAE, es una modalidad de formación que se imparte completamente a través de una plataforma virtual de aprendizaje, sin necesidad de presencia física. Esta plataforma debe permitir la interacción entre alumnado, contenidos y tutores, así como un seguimiento detallado de la actividad formativa, incluyendo tiempos de conexión, participación en actividades, controles de aprendizaje y comunicaciones. La formación debe estar estructurada metodológicamente y contar con una acción tutorial llevada a cabo por tutores acreditados, quienes deben estar presentes en la plataforma, orientar al alumnado, resolver dudas y evaluar el progreso.

Para que una acción formativa sea considerada teleformación, debe cumplir con una serie de requisitos técnicos, pedagógicos y organizativos establecidos en la normativa vigente (RD 694/2017 y Orden TMS/368/2019). Entre ellos se incluyen el registro automático de la actividad del alumnado, la accesibilidad para personas con discapacidad, la disponibilidad de herramientas de comunicación y la existencia de contenidos digitales adaptados. A diferencia del aula virtual, que se considera formación presencial si es en tiempo real, la teleformación se basa principalmente en una metodología asíncrona, aunque puede complementarse con sesiones síncronas.

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